Ezcaray - San Millán por el GR93

ENTORNO
La ruta de hoy nos va a llevar por un paisaje de montaña entre pinos, hayedos, avellanos, fresnos y otra flora. Espacios habitados por grandes mamíferos como el ciervo, corzo, jabalí y lobo; y pequeños mamíferos como nutrias, murciélagos, ardillas, zorros, tejones, ginetas o gatos monteses.

En el aire numerosas aves dibujaran su silueta en el cielo. Muchas de ellas son especies protegidas: águilas, perdices pardillas, halcones o búhos.

No es de extrañas, por tanto que la zona sea una zona de especial protección para las aves (ZEPA) y un lugar de interés comunitario. Se encuentra agrupada bajo el nombre de las Sierras de de Demanda, Urbión, Cebollera y Cameros; ó Parque natural de la Demanda.

EZCARAY


Podemos considerar a Ezcaray como un espacio de montaña. La villa está recogida a las faldas del monte San Lorenzo. Su atractivo turístico es apreciable en cualquier estación del año. Se trata de la 1º Villa turística de La Rioja.

Atrás hemos dejado el paisaje de la viña, para adentrarnos en un espacio de praderas (ideales para el ganado) y bosques (ideales para la industria maderera).

La antigua estación de ferrocarril nos servirá de punto de partida de nuestra ruta. Se trata del punto de inicio o final de la vía verde que recorre distintos pueblos de la zona, por el antiguo recorrido del tren.

Un poco más adelante, giraremos a mano derecha siguiendo las indicaciones del cartel que nos introduce en el GR93, y que mediante señales en rocas y árboles, nos guiará hasta nuestro destino final.

TURZA

Seguimos el camino, por la vera del río, ascendiendo poco a poco. El paisaje va ganando en vistosidad e intercala pasos entre árboles con vistas a la ladera que vamos ascendiendo.

En aproximadamente una hora llegamos a Turza, una aldea de Ezcaray. Se trata de un pueblo “a la antigua” donde la gente te recibe con las puertas abiertas y el porrón listo para la reposición de las fuerzas gastadas. Amablemente desechamos esta posibilidad –ya llegará el almuerzo- y nos refrescamos (nunca mejor dicho) en la fuente que guarda una calle que sale del camino hacia la derecha.

Algunas de las casa de Turza se encuentran en mal estado; pero otras, de reciente reforma, tienen un aspecto inmejorable: tradicional y acogedor.

Abandonamos el pueblo siguiendo la pista principal y tomamos el camino que nos llevará hacia El Collado de Larrizabala al que llegaremos en unos 25 min. Es un camino estrecho, entre prados, con pendientes en algunos casos empinadas.

COLLADO DE LARRIZABALA
Accedemos al collado por una portilla no sin antes echar la vista atrás para ver una excelente panorámica de Turza. El esfuerzo ha merecido la pena. El ganado reposa allí y nos ofrece una estampa bonita de admirar.

Cambiamos la vista y al frente observamos el río Espardaña y el pueblo de Pazuengos, nuestro siguiente destino. Para llegar allí deberemos girar a la derecha (una vez pasada la portilla) y seguir la alambrada unos 500 m. Abandonamos la alambrada y continuamos hasta llegar a una pequeña subida que precede a la bajada entre prados, en la misma dirección que el río.

El párrafo anterior es de vital importancia. A nosotros, la presencia del ganado no nos dejó ver las marcas y seguimos un camino equivocado; conclusión: una hora y media más de camino, entre bosques y cortafuegos. Eso sí, mereció la pena por avistar corzos y aves que en el camino –quizás- no hubiéramos encontrado.

Perdidos o no, llegamos al río por el mismo lugar. Desde allí subiremos una pequeña cuesta que nos descubrirá unas buenas vistas sobre los montes que refugian la Rioja Alta y Rioja Alavesa. Ya estamos llegando a Pazuengos.

PAZUENGOS

Parada para almorzar. Un bonito lugar. Los bosques y los pastos rodean este pueblo; se nota la altura y la influencia del San Lorenzo. Al igual que en otros pueblos, castellanos y navarros libraron allí sus batallas. Eso fue después de que en el S. X se construyera un castillo una vez reconquistada esa tierra a los musulmanes. A su leyenda contribuyó el mismísimo Cid Campeador, que peleó en la batalla de Pazuengos del lado Navarro. Del castillo, no queda nada.

Se percibe que se trató de una ubicación importante. Incluso contó con un monasterio que perteneció al Monasterio de San Millán.

Sólo el sonido rural, lejano a la civilización, nos acompaña a la sombra de la iglesia. Desde allí continua nuestra ruta.

SIERRA DE LA DEMANDA

Comenzamos una de las partes más bonitas de nuestra ruta. Entre bosques, hayas y rebollos, vamos ascendiendo hasta llegar a lo que se conoce como Cabeza Parda, un enclave situado a más de 2.000 m de altura. El camino es estrecho en su mayor parte.

Llegamos al Collado del Rebollar, un espectacular enclave desde el que podemos disfrutar de la Sierra de la Demanda. La luz entre los árboles pinta de distintos colores el camino, haciéndolo más atractivo. Cambiamos otra vez de cara y comenzamos como quien dice, el descenso hacia Lugar del Río.

DESCENSO

Poco a poco dejamos atrás los bosques para darnos de frente con las vistas de San Millán y su imponente Monasterio. Parece que estamos cerca, pero todavía nos queda un tramo largo. Mucho zig-zag y tramos empinados.

El camino no es bueno, pero está bien señalado. Sufren más los pies en este tipo de bajadas que subiendo y eso, lo notamos. Hay que tener cuidado con las piedras para no tropezar y hacerse un esguince de tobillo u otro daño.

Antes de llegar a San Millán nos queda una última posta: Lugar del Río, un buen lugar para tomar un trago de agua.

LLEGADA

Desde lugar del Río para llegar a San Millán tenemos dos opciones: tomar el camino que sale a mano derecha (que es seguir el GR-93) o dejarse llevar por la carretera. Como nosotros nos hemos “regalado” una hora y media más de lo estipulado decidimos dejarnos llevar.

Sea como sea, las paredes del Monasterio de Yuso será lo primero que veamos al llegar a San Millán de la Cogolla.

Han pasado unas cuantas horas desde que salimos así que damos gracias al Santo por habernos cuidado y nos metemos en uno de los buenos mesones que hay en San Millán para beber un merecido vino de Rioja.

Fin de la etapa. Recomendable.


No hay comentarios:

Publicar un comentario